En 1826, cuando tenía 18 años regresó a su pueblo convertido en un hombre con experiencia militar y de navegación y un buen dominio del idioma inglés. A comienzos de 1827, se interesó en el movimiento liberal y la ideología revolucionaria del general Francisco Morazán. Con la autorización de sus padres, salió de su comunidad e ingresó en las tropas militares del ejército hondureño. formó parte del pelotón que luchó en la famosa batalla de La Trinidad, el 11 de noviembre de 1827 y en la batalla de la Hacienda El Gualcho en 1828, lo cual le hizo ganar cierta notoriedad como soldado. Después de esta batalla regresó a la comunidad garífuna del departamento de Gracias a Dios. Poco tiempo después se casó con una mujer llamada “Dúmula”, y tuvo tres hijos; dos varones llamados Divale y Aito, aunque se desconoce el nombre de su hija.

Este acompañó a Francisco Morazán durante su mandato como presidente de la República Federal de Centroamérica siendo elevado al rango de teniente y condecorado por el mismo general quien amistosamente lo apodó «Rey de los garífunas». Durante estos años su vida fue parcialmente tranquila, donde hasta tuvo un romance que con una joven de Livingston, Guatemala. Esto duraría hasta la caída de la federación y el inicio de nuevos conflictos que haría que entrase de nuevo en acción acompañado al general Morazán en varias campañas militares. El 8 de abril de 1840 viajó a Perú junto a otros militares centroamericanos para acompañar al general en su exilio tras que la federación se disolviera, esto duraría hasta su regreso a Centroamérica el año siguiente. Después de la muerte de Morazán en Costa Rica el teniente siguió ejerciendo su cargo como militar tras que Honduras se convirtiese en una república independiente.

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